Soy la intolerancia
Soy la sin razón
Nunca oirás de mi boca un te quiero
Nunca oirás un Perdón
Lo primero siempre soy yo,
Lo segundo un para mí
Lo mío es mío, lo normal,
Y lo que no quiera, para ti.
Posiblemente no te escuche cuando hables, porque sólo me escucho a mí.
Es tan bueno oir un eco, como que sólo yo estoy aquí.
Lo que tú digas me la pela
Porque para algo estamos aquí
Y es por mi vida, para mi y porque sí
Porque yo lo valgo , y lo que tú te curres, pues, para ti.
Si de mi tuviese que salir las cosas que a regañadientes quieres conseguir,
Andarías list@, cosa guapa, porque las cosas no son así.
Lo que tú me des, me lo merezco, porque en la puerta l@s tengo a mil.
Lo que tu quieres es mucho, yo no estoy obligad@, es mucho pedir.
Las cosas no se piden, porque está mejor así.
Yo he nacido para ser feliz
Procurate tú lo que quieras conseguir.
Recojo el testigo de la Srta. Vainilla.
Después de haber estado pensando acerca de si yo tenía alguna rareza diferencial digna de mencionar, reconozco que he encontrado más de las que en principio pensaba.
Si bien tengo que mencionar sólo 5, allá van:
1.- No soy nadie sin café. Necesito una taza en mi mano bien cargada desde que planto un pié en el suelo desde la cama... con los ojos cual topo, desgreñana, sin lavarme los dientes... da igual, sólo necesito un cafetito muuuy caliente para empezar a abrir los ojos y ponerme en marcha.
2.- Me toco mucho los pies. En cuanto tengo oportunidad, los desnudo y los toco, masajeo, juego con las uñas, los doblo, estiro... echo crema o, símplemente, los manoseo (esto lo reconocí como manía cuando hace poco recordé que mi madre siempre me regañaba por estar con los pies en las manos todo el día. Cuando era más pequeña era peor... no me sacaba los dedos de los pies de la boca...).
3.- Verifico varias veces el haber apagado la plancha después de usarla rápidamente por la mañana, al descubrir que lo que me quiero poner (y sólo existe eso!!!!) está tendido y arrugado. No contenta con eso, salgo por la puerta y cojo el móvil: mando un mensaje para que Jorge lo verifique de nuevo antes de que salga de casa, o llamo a la vecina para que entre en casa y lo haga, o a Patricia si es que no se ha ido a trabajar... O INCLUSO HE LLEGADO A DARME LA VUELTA. (El 99 % de las veces estaba apagada).
4.- Tanto las sopas, como el café, o cualquier cosa líquida que beba caliente ha de estar como tal: MUY CALIENTE. Si no es así, me levantaré 20 veces al microondas a calentarlo hasta que mi lengua tenga que retroceder al tocar el líquido y ardiente elemento.
Si pido un café muy caliente en un bar, y me lo sirven templado, pido que me lo calienten de nuevo... odio, odio, ODIO!, el café templado.
5.- Tengo una capacidad tremenda para acordarme de algunas cosas...pocas... pero en general, tengo la memoria de un pez en lo que se refiere a recordar en qué nuevos escondites he decidido guardar mis cosas... corro y corro por la casa por las mañanas intentando recopilar lo que necesito llevarme, porque no suelo recordar donde leches he dejado todo. (Alguna vez he tenido que llevarme las gafas viejas de emergencia, torcidas y hechas polvo, al trabajo por no encontrar las habituales).
¿A quién cuelgo mi cadena/marrón?, pues no sé... porque desconozco si se pasan por aquí habitualmente, pero vamos a intentarlo a ver quién se anima.
Paso el testigo a Rainbow, Michael, Moe, Lua y a
Leopanto
Sabes que sólo es cuestión de tiempo.
A veces el tiempo es lo que nos agobia, pero tod@s, en algún momento, hemos estado en stand by.
Después, las cosas cambian, y mirando atrás, nos parece una tontería haber estado preocupad@s por algo que tenía solución.
Sé que no es consuelo, pero visto desde fuera, es cierto.
No diré que preocuparse es tontería, porque yo he vivido esa situación y sufrido esas sensaciones un millar y una veces, y no soy precisamente alguien paciente.
Sólo quiero que sepas que esto pasará, que volverás a encaminarte, y a perderte, mil veces más, porque al fin y al cabo, en esto consiste la vida, ¿no?.
Saca la sonrisa de paseo, anda, disfruta de la gente que tienes (y que no siempre dispones de tiempo para hacerlo) y sigamos inventándonos el día a día.
(Cuando quieras, me tienes sentada en una cafetería mixta fumador@s/no fumador@s, para charlar de lo que quieras)
Me aburre la gente que va de algo.
No sé si puede haber realmente gente así, de verdad.
O es que lo fingen muy bien, o realmente se creen tan superiores o superficiales
o tan poquísimo interesantes.
Buff!!
A veces se echa de menos una carcajada auténtica, un comentario jocoso, sarcástico u ordinario
"Te entiendo perfectamente, a mi me pasa igual con las muñequitas rollo Beberly Hills"
(Declaraciones de la muñeca pelirroja que se aburre).
¿Hasta qué punto somos libres de las opiniones de los demás a la hora de tomar nuestras propias decisiones?
¿Somos tan libres como pensamos que somos?
¿Son los demás un ente, una masa sin rostro que tiraniza nuestro modus vivendi?, o por lado cotrario, ¿los demás se forjan a partir del vecino más cercano?
Cuando hablamos de Sociedad siempre tendemos a pensar en global, de nadie en particular, de corrientes de personas que se mueves hacia un lado u otro. Y llevamos las mismas marcas de vaqueros, las mismas tendencias en peluquería, comemos alimentos similares, llevamos estilos de vida similares, o diferentes, aunque dentro de un abanico no muy amplio de selección.
Hasta aquí se puede deducir que no hablo más que de globalización, o de lo libres o no que realmente somos. O quizás de rasgos culturales, que nos definen de una manera determinada frente a otras culturas.
Hay otra cosa que me preocupa al respecto también, y supongo que va unida a esta línea, pero en un tono más emocional e intimista.
Ayer fui a ver una obra de teatro que me hizo desempolvar algún fantasma que llevamos muy bien camuflado y asumido entre la masa: la discriminación.
En este caso era una discriminación por el peso.
¿Cuántas veces hemos hecho una coña con alguien que pasaba a nuestro lado de peso elevado?, ¿cuántas veces nos hemos quedado mirando a alguien por lo llamativo de su volumen?... cuando eso pasa una vez, puede desagradar, pero cuando personas diferentes, en cualquiera de las vertientes del concepto, se enfrentan a diario a miradas, comentarios, desplantes, risas, burlas, desprecios
supongo que debe volverse un modo de vida bastante duro.
No debemos olvidar que podemos estar a un lado u otro de la discriminación de una forma muy fácil.
Pero ahondando más en el tema, ¿hasta que punto la presión social nos hace entrar en la dinámica de detestar a quienes se supone que debemos detestar?.
¿Nos da miedo lo que odiamos o convertirnos en ello?
Razones de peso, sexo, color, economía, país de origen
¿Hasta qué punto alguien te quiere para defenderte delante y detrás, ante cualquiera, sean cuales sean las opiones de las personas más cercanas y que ejercen más presión sobre un individuo?.
¿Somos realmente libres cuando un simple comentario frívolo de un colega a cerca del sexo contrario, o hacia tu propia pareja, que ridiculiza o influye negativamente, es reido con ironía, o en el peor de los casos, influye en seguir marcando el matíz discriminatorio?...
¿Hasta dónde sacarías la cara por alguien??
EL TABACO.
Ha sido uno de los que más ha perdurado en mi no tan larga vida, pero 10 años hacen que una viva unida a la adicción demasiado tiempo.
Si, vale, me gusta fumar. Miles de cigarros flotando alrededor... montones de círculos de humo rodeándome...
Ceniceros repletos, que cambio y vuelvo a llenar... cigarros mal apagados que ahuman las estancias...
Realmente es un asco. Sobre todo levantarte obsesionada por prender el primero, incluso antes de lavarte los dientes.
Si no fuera por lo mal que me he sentido con el síndrome de abstinencia, le hubiera dado la patada hace tiempo.
Pero sé que es mucho peor lo que me provoca. Esos anillos de humo apestan, como supongo que yo lo hago. Mis dientes...mis pulmones...mi cansancio prematuro...
Bueno, que no sé si lo conseguiré, pero hoy quiero que sea mi último día de fumadora...
MAÑANA ME PEGO EL PRIMERO...
Día 2 de enero de 2006.
Primer día laboral de año, y sin tabaco.
Primer esfuerzo: desde las 9 de la mañana hasta las 13:00 sin nicotina en vena.
Ansiedad?...si... pero llevable.
Espero seguir contando lo bien que voy asumiendo el cambio, y quizás, lo contenta que estoy por haber conseguido dejar de fumar de una vez (ojala!).
Que nadie piense que estoy a favor de cómo se está llevando el tema, que no es así, pero por mi salud y por conservar mi puesto de trabajo tengo que empezar a deshabituarme.
No me gusta que me discriminen, que me impidan, que no respeten mis derechos de consumidora, cuando en ningún momento he incurrido en ninguna falta (ni administrativa ni moral) en contra de los no fumadores. Y desde mi punto de vista y de sopetón, se está haciendo. ¿A alguien le importa que yo le eche el humo en la cara en plena Gran Vía cuando la polución es insoportable?... ¿Las calefacciones a todo gas no contaminan?... ¿Las mini-narco-salas en los centros de trabajo, aisladas, perjudican a los no fumadores?...
Quejas a parte, y a otras cosas, hoy inauguro link en mi blog.
Es sobre la campaña ONE, y aunque la información está en inglés, me gustaría que os pasaseis por la página y leyeseis sus reivindicaciones.
Y, para ilustrarlo, ahí va la foto de Bono (U2), que contribuye y se moja por ello.
Feliz estreno de año!