Lo ha buscado muchas veces.
Se cansa en el intento, porque detrás de cada esquina no logra alcanzarlo.
A veces le pisa los talones, lo roza y cree saborearlo, pero termina siendo un espejismo efímero.
En la cruzada se agota, y cada vez más, se altera y sufre el no poder sublimar sus deseos.
El quiero y no puedo le nubla la vista, y le hace fijar su objetivo con tal firmeza, que relega a un segundo plano el resto de sucesos que le rodean.
Creo que una vez, bajando las oscuras escaleras, estuvo a punto de encararse a él, y en ese mismo instante, se quedó gélida de frío. Las piernas le temblaban, y la ansiedad le impedía respirar. Se dió cuenta de que a lo mejor no quería verlo, que le producía aun más pánico el que se le revelase algo que no quisiese ver.
Quizás su destino seguía siendo la búsqueda.
Te has acordado de cambiarlo?
Hoy he estado leyendo un artículo a cerca de la camapaña
"Petróleo por alimentos" que se llevó a cabo en el Irak de Sadam Husein.
No quiero pensar que el aliento de muchas personas es derrochado en balde, porque entraría a formar parte de la gran masa de gente desencantada y asqueada por las corrupciones, malversaciones y sobornos que acompañan a muchas actividades de coorperación, y las cosas dejarían de tener sentido para mí.
Pero es que, perdonen que les diga, nos hacen muy difícil tragarnos sus maniobras de buena gana, y con estas cosas no se juega.
Ahí os dejo el link de la noticia, para que la echéis un vistazo y saquéis vuestras propias conclusiones.
Una duda me aborda, ¿quién es quién aquí?, ¿hay uno malo y muchos buenos?, ¿hay muchos estafadores, en genral, todos? ¿quiénes tienen autoridad moral de estos que aquí se cita para juzgar a Sadam Husein?
Bueno, supongo que hay cosas que apestan incluso al margen de que se nos desvelen estos datos.
La Caja de los Truenos cumple dos añitos.
Reconozco que en este ultimo año he sido menos asidua y regular en mis posts.
No es que me hayan pasado menos cosas o menos interesantes, para nada, es que quizás he tenido momentos en los que no me apetecía escribirlas.
A veces simplemente no quería que fuesen leídas, porque esto no es tan anónimo como a veces queremos, otras, supongo que no me sentía original ni animada.
No digo con esto que haya sido un año triste, aunque si ha tenido muchos altibajos (bueno, como casi estos últimos años).
Tras un periodo de dudas a cerca de la continuidad o no del blog, volví tímidamente a cogerlo, porque al fin y al cabo es mío y nadie tiene porqué entender o no por qué lo hago o qué motivaciones me llevan a hacerlo.
Supongo que sobra decir que no es por el deseo de ser leída, como algun@s me han insinuado y creo que los que tenemos un bog sabemos qué nos mueve a tenerlo, lejos del afán de protagonismo.
El mío me ha servido para volcar cosas, casi todas sarcásticas o con poco peso intelectual, otras un poco más comprometidas o íntimas, más impregnadas de mí, y en todos los casos, como un medio para construir de algo mío, para mí (y las agradables visitas de asidu@s, siempre bienvenid@s) y gracias a lo que me he desahogado en numerosas ocasiones.
De momento aquí sigo, y celebro con dos velitas, y como mandan los cánones, mi segundo año de mis atronadas ocurrencias.
Hoy no he comido porque la salsa me parecía aquerosa...
Nunca como pan duro, por favor, lo tiro...
No me vuelo a poner esos pantalones, porque me sientan mal...
Me ha salido un grano enorme y no quiero salir a la calle...
Ese bolso queda fatal con esos zapatos...
Este teléfono no tiene GPS...
Tu tele es una castaña, píllate una de plasma...
Mi equipo baja a segunda!!! me voy a liarla a la calle...
Bla....bla...bla...
(¿En qué puñetero mundo vivo?)
(Imágen de la exposición fotográfica: "Las sonrisas del Tsunami")
Esta mañana, al llegar al trabajo y como todas las mañanas, he abierto mi correo para chequearlo.
No os podéis imaginar el mal cuerpo que se me ha puesto al ver que uno de los correos adjuntaba fotografías de pornografía infantil.
Me ha impactado bastante, y particularmente y a parte del asco y repulsión que siento hacia estos depravad@s violador@s, creo que nadie tiene derecho a hacer esto, ni a consumirlo y, es más, a hacerme a mi verlo en contra de mi voluntad.
Hay que acabar con esto como sea.
He buscado en google (sólo introduciendo: "policía madrid") la unidad de delitos de telecomunicaciones de la policía, en la que existe una unidad dedicada íntegramente a estos temas, y gracias a las indicaciones de una ploicía bastante agradable, les he remitido los datos que les son necesarios para rastrear este tipo de correos ilegales y criminales.
No sé si servirá o no de mucho, pero por mi parte no me quedo de brazos cruzados con este tipo de basura.
Me he puesto deberes:
ME VOY A INTENTAR CALMAR UN POQUITO.
¿Tendrá que ver en mi recién adquirida ansiedad a lo grande que esté de obras? ¿o el culpable será el dineral que me estoy gastando?, hombre, también tendrá que ver el hecho del enfado que me produce la subida del gas, que irremediablemente provocará que este invierno termine calentándome en el hogar con una fogata hecha de cacharros adquiridos en contenedores (jia, ia
risa amarga
).
¿El trabajo con un contrato precario ayudará a alimentar mis nervios?
Quien sabe.
El hecho es que como no me deje de alterar voy a acabar estampada con el coche contra algún elemento, porque voy como loka.
También puede ser que a pesar de los elementos externos desfavorables sea yo la que no sepa acoplarlos de una manera sana en mi cabeza, y necesite reeducar mi forma de tomarme las cosas.
Así que, nada, respiiiiiro profundo, me siento cómodamente, y a intentar sonreir, leches, que está lloviendo en Madrid (y media España) y un evento como este sólo puede provocar alegría en los corazones!
"Cuando pasas mucho tiempo cerca de un león, terminas siempre rugiendo como él".
(Sabio proverbio masai)
Puede ser que exista.
Puede que de alguna manera, cuando nos preocupamos por quienes queremos, ejerzamos en ese momento de Ángeles de la Guarda.
Puede que aunque ya no estés, sigas siendo mi Ángel.
Será por mi?
No sé si debería empeñarme con más ahinco en ser más positiva, tener más energía, o animarme más a menudo.
No sé si es que las veces que lo intento lo hago con tanta fuerza que me agoto en seguida, o no sé si es que estoy agotada de hacerlo.
Creo que necesito quejarme, llorar un poco, o simplemente, un hombro donde hacerlo.
Puede ser que las mismas fórmulas no siempre tenga su efecto, o que al igual que con las drogas, presento tolerancia que me hace necesitar más para efecto idéntico.
Otra vez desubicada y no sé si conscientemente, para que inconscientemente, me evada como siempre.
(A las 10.10 de la mañana, tratando de encender el brillo en los ojos que esta mañana no detecté en el espejo).