Y no sé por qué, pero alguna vez, algunas veces, siempre, o a veces, creo haberme sentido como tal. Las princesas sólo existen en los cuentos.
Las coronas son los cascos de la música que escuchas camino al trabajo, los lazos, cinturones anchos, las faldas de tul, pantalones de pinzas de oficinista y el cetro, sólo el ratón del ordenador. Los pájaros no ayudan a limpiar los platos, eso es cosa del estropajo. Los manjares pasan por ensaladas rápidas con mezcla de lo que haya en la nevera y los bailes anuales en palacio, una copa en un garito
las carrozas creadas de una calabaza, un coche utilitario a terceros con un faro pachucho
(Y esto nada tiene que ver con el título de un disco, pero la verdad, es que me ha inspirado)
En unos días tendré respuesta a mi enigma.
Tengo dos opciones laborales... paralelas... Una es buena, y la otra también. Una es en mi actual empresa... y la otra también.
¿Cuál llegará antes?. De esto depende mi rumbo en la misma empresa.
Necesito una tila....
No empiezo por ningún empiece. Esto no hay por dónde hilarlo.
La pobre Caja de los Truenos se queda vacía de letras, pero aun así, no me olvido de ella. Casi más a modo de consulta, pero la sigo echando un vistazo.
Miro, y miro. Busco similitudes de épocas, trabajos, o tránsitos. Cuanto cambia todo, y a veces, qué poco ha cambiado. Lo suficiente para tener otras cosas en la cabeza.
Estoy en época de espera. Pasitos chiquitines antes de pasos más gordos. Cruzando dedos porque los planes se cumplan, pero con planes. Me gusssta.
El próximo pasito?... puede que gran paso laboral. En mucho tiempo puedo decir que este empieza a ser un tránsito dulce, que aunque no llegue a culminarse, el hecho de haberse planteado ya me hace tener buen sabor de boca.
Después del pasito laboral... el personal. En ese aspecto también con proyectos. A veces soy impaciente porque las cosas que me rozan los dedos están cerca, pero quiero que sean ya.
Puedo resumir todo esto es objetivos a medio plazo... que se acercan al corto.
Me gusta.