Y no sé por qué, pero alguna vez, algunas veces, siempre, o a veces, creo haberme sentido como tal. Las princesas sólo existen en los cuentos.
Las coronas son los cascos de la música que escuchas camino al trabajo, los lazos, cinturones anchos, las faldas de tul, pantalones de pinzas de oficinista y el cetro, sólo el ratón del ordenador. Los pájaros no ayudan a limpiar los platos, eso es cosa del estropajo. Los manjares pasan por ensaladas rápidas con mezcla de lo que haya en la nevera y los bailes anuales en palacio, una copa en un garito
las carrozas creadas de una calabaza, un coche utilitario a terceros con un faro pachucho
(Y esto nada tiene que ver con el título de un disco, pero la verdad, es que me ha inspirado)