Sé que el corazón no se me ha parado, porque siento una puñalada constante. Eso indica que sigue vivo, aunque no late. Se ha quedado encogido. Me mantiene viva, pero inerte.
Vuelvo a poner las alarmas del reloj, esta vez, con los meses indefinidos, esperando a que despierte.
Otra vez el tiempo. Me aterra el tiempo, pero lo necesito alejado. El tiempo marcará de nuevo el mes, el día, el año... Hasta entonces, seguiré dando cuerda a este artilugio de números borrados.
Todo el mundo camina... todo el mundo respira... todo el mundo duerme... todo el mundo ríe... todo el mundo vive... todos menos yo.