Hoy he escuchado en la televisión de boca de una super star de Hollywood decir que la felicidad no se conoce hasta que no se ha pasado tristeza.
A lo mejor no es una idea tan tonta, o al menos, algo de razón puede que tenga.
El ambiente que me rodea últimamente es algo turbio en este aspecto.
Yo sigo con mi particular lucha, como cada hijo de vecino. Sigo pegándome por que se acaben de colocar los ladrillos que no debieron levantarse jamás de mi hogar de una santa vez.Y aunque cada vez tengo menos ganas o paciencia, es cierto que una se hace a todo, y casi hasta te acostumbras a un modo de vida cual diseño de decorado de cartón piedra, que ni es de verdad, ni te aguanta el ritmo y por supuesto, nada parecido a lo real.
Como una rara epidemia, la turbulencia en las vidas que me rodean empieza a minarme.
Me veo con poca capacidad de seguir alentando a la gente que quiero. Creo que me sobrepasa un poco y que al final no estoy dando de mí todo lo que quiero, porque he de repartirme en muchos frentes. Lo peor es que empiezo a cargarme y se evidencian mis goteras personales...
Creo que debería empezar a ser un poco más sincera conmigo mísma y dejar de creer que puedo estar ahí para todos, porque en el fondo, creo que es una forma de evadirme de mí.
<__trans phrase="Posted by"> grache <__trans phrase="at"> 1 de Diciembre 2006 a las 11:06 PM