La Caja de los Truenos

LOS VECINOS AL RESCATE

Ayer fue uno de esos días en los que la mala suerte va "in crecendo" hasta tal punto que te planteas quedarte en casa encerrada por si acaso.

El día de trabajo fué como viene siendo costumbre en los últimos tiempos: asqueroso. Las caras largas, los mosqueos y desconfianzas.

Tenía pensado salir de aquí corriendo para hacer cantidad de cosas pendientes: planchar, tender la ropa, recoger cosas, hacer caso a Fiona... ir al videoclub y comprar al menos leche para no morir de inanición. ¿Y qué hice de todo eso?
NADA
De vuelta a casa pinché, y me di cuenta cuando ya estaba en el videoclub.
Pues bien, no sé cambiar una rueda. Llamé a Ilia (vecino de toda la vida más apañao!) y vino ipso facto. Tampoco pudo.
Los dos llenos de mugre, helados de frío, llamamos a la grúa.
De camino aparecieron Yvon, Javi y Pedro ... como no... se murieron de la risa (encima).
Total, que Pedro pudo cambiar la rueda, mientras aparecía a lo lejos (después de una hora) la grúa con más luces que una verbena... Yvon lo grababa todo con su teléfono y amenaza con colgarlo en su web... fué un show.

A todo esto, mi neumático ha quedado para colgarlo de un columpio...